jueves, 9 de junio de 2016

Gabi dodo y la mariposa mágica.


Una noche, Gabriela, una niña hermosa de sonrisa amplia, que acostumbraba estar siempre feliz, al lado de sus padres y especialmente de su osito dodo, quien nunca se desprendía de ella. A dodo le encantaban las carcajadas potentes de gabi,  y como los demás a su alrededor se reían con ella,  no era sino que algo la hiciera reír y todos alrededor contagiados estaban ya riendo con ella.
Una noche, las risas y las sonrisas tomaron pausa, gabi estaba sumida en fiebre y con sus ojitos caramelo tristes.
Mama y papa, preocupados, tomaron a gabi y la llevaron con prisa al médico, pero en medio de la conmoción y la preocupación, dodo, se soltó de las manos de su amada gabi, cayendo al suelo, a pesar de su mirada, gabi triste nada pudo hacer Sus fuerzas mermadas no le permitieron volver por su amado dodo.
Los días pasaron, por fortuna la enfermedad también, pero gabi dejo de animar con sus risas el lugar, ahora todo estaba demasiado cayado y sus ojos caramelo tristes y con falta de brillo.
Gabi extrañaba mucho a dodo, nunca se había visto tal tristeza, y a pesar que papá y mamá, bailaron, rieron, todo intentaron...la alegría de gabi no lograron.
Mientras tanto dodo, después de soltarse de su amada gabi, sufrió los pisotones de la gente, las patadas y los golpes, era como si fuera invisible,  a nadie le importaba un osito de peluche perdido en el piso. Algunos niños le vieron e intentaron rescatarlo, pero siempre algo lo impedía, los ojos de los adultos no veían el amor de niños.
Dodo, se llenó de arena, polvo, hollín,  perdió un ojito a tal punto que su belleza quedo solo en el interior de aquel que pudiese verla.
Gabi en su interior quería ver a dodo, lo extrañaba y suspiraba, y muy dentro de si, en lo más profundo de corazón deseó con todas sus fuerzas poder recuperar a dodo.
Ese suspiro, esa emoción y deseo se transformó en un poderoso llamado, como un grito silencioso que solo podía oír un Ángel guardián, y entonces uno escucho y se conmovió. Desde la altura pudo ver con gran claridad el brillo interior de dodo,  a pesar de la mugre y del hollín.
En el vuelo de una mariposa este Angel se posó, y la mariposa voló alrededor de dodo, y entonces sucedió que una anciana feliz de sonrisa agradable camino por aquel lugar, la mariposa se posa en un instante sobre su cabeza y bate las alas delicadamente, dos veces para luego volver a emprender su vuelo.
Ahí, en ese lugar, la anciana pudo percibir a los lejos ese brillo interior y deprisa se acercó y con cariño recogió a dodo mientras exclamaba: que ten hecho cariño, porque estas así,  creo que necesitas un baño urgente.
Dodo de la mano de la anciana fue a un lugar hermoso, y está anciana buena le baño, todas las veces necesarias hasta encontrar ese brillo perdido, reemplazo el relleno perdido,  reparo sus costuras rotas y reemplazo sus ojos y lo perfumó con un olor familiar que le recordaba a gabi. Dodo estaba contento por estar limpio otra vez pero extrañaba a la niña de carcajadas potentes.
Pasaron algunos días, y entonces la anciana tomo a dodo de la mano, mientras le decía,  es hora de que conozcas a alguien especial, acompáñame, ya verás.
La anciana llega a sus destino y una hermosa niña de ojos caramelo le miro sonriendo mientras por dentro decía !abuelita ana!
Mientras la anciana le abraza y le saluda, saca de su bolso algo inesperado, y de repente dodo y gabi se reencuentran, en una enorme sonrisa de felicidad se abrazan y vuelven a estar juntos y gabi exclama sus primeras palabras...dodo! Claramente.
Sus padres se alegraron por ver a gabi otra vez con su hermosa sonrisa
Y sucedió que solo el brillo interior logro reunirlos nuevamente. Gabi volvió a reír  a carcajadas y la alegría llego nuevamente a aquel lugar.
Todos se preguntaron ¿cómo había hecho la abuela de gabi para ver a dodo?, o ¿cómo dodo hizo para llamar la atención de Ana?, lo cierto es que cuando algo se desea con amor y ese deseo es tan claro, bueno y potente, las cosas suceden y los milagros ocurren.